La Asociación de la Prensa de Córdoba apoya el paro de las mujeres periodistas

La Asociación de la Prensa de Córdoba se adhiere al Manifiesto del 8M “Las periodistas paramos” y apoya la huelga general feminista bajo el lema “Trabajadoras del periodismo y la comunicación nos sumamos a la huelga del 8M“, sumándose al apoyo expresado por la Federación de Asociaciones de la Prensa de España y el Colegio de Periodistas de Andalucía.

La Asociación de la Prensa de Córdoba anima a las mujeres periodistas a participar en la convocatoria local del próximo jueves, a las 14.30 horas, en los Jardines de la Plaza de Colón, donde se dará lectura al manifiesto “Las periodistas paramos” y a sumarse a la manifestación, con salida de los Jardines de los Patos (19.30 horas) con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Manifiesto

Según señala la Agencia Efe, más de 5.000 mujeres periodistas han firmado un manifiesto contra el machismo y la desigualdad en los medios de comunicación y han llamado a las profesionales comunicadoras de todo el país a sumarse “en la medida de sus posibilidades” a la huelga del 8 de marzo.

La iniciativa, que nació de forma espontánea y casual entre un grupo de informadoras, pretende denunciar la brecha salarial, el techo de cristal, la precariedad, la inseguridad laboral y el acoso sexual y laboral que sufren las periodistas en los medios de comunicación, así como los sesgos informativos.

El texto del manifiesto dice textualmente: “Mujeres periodistas de decenas de medios y agencias de comunicación, gabinetes de prensa, y, en general, trabajadoras de medios y empresas periodísticas apoyan la huelga general feminista convocada para este 8 de marzo, bajo el lema “Trabajadoras del periodismo y la comunicación nos sumamos a la huelga del 8M“. De la misma manera, instamos a todas las compañeras a que se sumen a la movilización en la medida de sus posibilidades y circunstancias.

Todas sufrimos el mismo machismo que las mujeres del resto de sectores –precariedad, inseguridad laboral, brecha salarial, techo de cristal, acoso sexual o ninguneos– pero con las particularidades asociadas a nuestra profesión. Somos conscientes de la relevancia social de nuestro trabajo y, por eso, mostramos también nuestra preocupación por la visión parcial de la realidad que tantas veces ofrecen los medios y en la que falta la presencia y aportaciones de las mujeres. El feminismo también es necesario para mejorar el periodismo.

Por eso, en este 8 de marzo exigimos a los medios de comunicación y empresas periodísticas que tengan en cuenta nuestras reivindicaciones:

• La brecha salarial es una realidad en nuestro sector. Exigimos a las empresas transparencia salarial y una revisión de categorías, complementos y criterios profesionales que permitan acabar con ella.

• Techo de cristal. Las direcciones de los medios y empresas periodísticas están copadas por hombres. Reivindicamos nuestro derecho a ocupar puestos de poder y responsabilidad y a que se nos tenga en cuenta en las promociones profesionales para puestos intermedios.

• Precariedad. Sufrimos niveles de temporalidad superiores a los de nuestros compañeros. De la misma manera denunciamos la inestabilidad laboral de las compañeras freelance y de las falsas autónomas, una situación de precariedad que se ha hecho habitual en los últimos años.

• Corresponsabilidad y cuidados. Denunciamos que las dinámicas de trabajo priorizan el presentismo y la libre disposición y son ajenas a las necesidades de cuidado que tienen todas las personas. Creemos que la corresponsabilidad y la flexibilidad no debe ser un asunto de buena voluntad sino una prioridad que las empresas deben asumir para que estas tareas se repartan por igual entre mujeres y hombres. Como en otros sectores, una ausencia de conciliación real perjudica más a las mujeres, que acaban modificando o recortando sus horarios para poder cuidar e incluso abandonando su empleo o cambiando de profesión.

• Acoso sexual y laboral. Son muchas las periodistas que han sufrido por parte de compañeros y superiores, pero también de fuentes, situaciones de acoso sexual. Por otro lado, el ninguneo, la condescendencia, el paternalismo y los mansplaining están a la orden del día en las redacciones y fuera de ellas, en nuestra actividad diaria. Como profesionales de la comunicación sufrimos acoso online, además de comentarios violentos y machistas en nuestras piezas

• Los espacios de opinión y las tertulias están masculinizados. Hay más que suficientes mujeres periodistas y expertas que pueden equilibrar esos espacios.

• Mirada parcial y preocupación por los enfoques. Todas estas brechas que sufrimos las periodistas tienen consecuencias, también en los contenidos y en los enfoques de los medios de comunicación. La visión de la realidad que transmiten es muchas veces parcial y está sesgada porque no tiene en cuenta en la misma medida las experiencias, los relatos y las vivencias de las mujeres que, a menudo, son tratadas como personajes secundarios o con estereotipos. Un ejemplo es el tratamiento de la violencia machista, que en muchas ocasiones sigue culpabilizando a la víctima. Las primeras páginas, las aperturas de medios e informativos son decididas por hombres.

• Instamos a la audiencia y a lectores y lectoras a ser cómplices de nuestras demandas. Las mujeres firmantes de este manifiesto lo hacen a título individual y no queremos que ningún partido político, sindicato o medio de comunicación se apropie de nuestras reivindicaciones”.

Documento

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