La Asociación

Ver requisitos y descubre las ventajas de pertenecer a nuestra asociación.

Descargar aquí el formulario de solicitud.

REQUISITOS PARA ASOCIARSE

• Escrito solicitando el ingreso en la Asociación.
• Trabajar y/o tener domicilio en la provincia de Córdoba.
• Fotocopia compulsada del título de licenciado / doctor en Ciencias de la Información, Comunicación Audiovisual o Periodismo.
• Fotocopia del NIF.
• 2 fotografías.
• Escrito de solicitud para alta en el Registro Oficial de Periodistas.

Registro Profesional de Periodistas

Requisitos para acceder al registro profesional de periodistas de la FAPE.

Podrán acceder al Registro Profesional de Periodistas de la FAPE y al carné acreditativo quienes estén en posesión de un titulo de licenciado o graduado en Ciencias de la Información, sección de Periodismo o Comunicación Audiovisual .

La solicitud de inscripción en el Registro Profesional de Periodistas habrá de realizarse, necesariamente, a través de cualquiera de las asociaciones de la prensa o asociaciones de periodistas federadas, aportando la siguiente documentación.

  1. SOLICITUD DE INSCRIPCIÓN
  2. FOTOCOPIA COMPULSADA DEL TITULO UNIVERSITARIO
  3. UNA FOTOGRAFIA TAMAÑO CARNE
  4. FOTOCOPIA DEL DNI (Anverso y reverso)
  5. CURRICULUM VITAE

El Carné FAPE da derecho a la obtención del Carné Internacional de Periodista que expide la Federación Internacional de Periodistas (FIP) y a las facilidades que esta acreditación aporta en más de 120 países. La obtención del carné se realiza a través de la asociación profesional correspondiente.

Nuestra
historia

Del libro «111 años de historia de la Asociación de la Prensa de Córdoba 1910-2021»

Florencio Rodríguez Aparicio

    Este libro sobre la historia de la Asociación de la Prensa, desde sus ilusionantes comienzos a principios del siglo XX hasta nuestros días de la era digital que va modelando el siglo XXI, se adentra en el tiempo para abordar el esfuerzo realizado por los periodistas de Córdoba para dignificar la profesión a través de un modelo asociativo aglutinador. Durante todo el periodo transcurrido, ciento once años, la resistencia de la unidad interna fue puesta a prueba por los propios periodistas en el empeño por progresar socialmente, al tener nítido el papel de colectivo influyente que representaba día a día. Hacía falta una compensación justa para equilibrar el trabajo informativo de cada jornada con el impacto de la comunicación en la sociedad. Pero la urgencia profesional colisionaba con la lentitud que frenaba la llegada de las ansiadas conquistas laborales y las deseadas mejoras salariales. Los periodistas de ayer nunca disfrutaron de la abundancia, pero tuvieron el privilegio, desde sus tribunas de papel, de regular la circulación de las ideas y de cohesionar la sociedad de cada época. Aquellos profesionales hicieron del periodismo una forma de entender la vida, una manera de dar salida a la propia opinión, una fórmula creativa para reflejar, en tinta y papel, el relato objetivo y fidedigno de los acontecimientos del fluir diario de la ciudad.

    El contenido de esta obra, titulada como clara referencia a la estela del tiempo transcurrido, pone fin a un inmerecido y largo olvido con la recuperación de la memoria de aquellos periodistas del siglo pasado que con sacrificio y, a veces, soportando el abuso, creyeron con firmeza en la utilidad de la Asociación de la Prensa para canalizar la demanda de un adecuado estatus económico, la protección socio-laboral de la profesión, su regulación y ordenación y, en otras instancias, la introducción de reformas legislativas para desregularizar, modificar o cambiar el entramado normativo que constreñía la expansión de las cabeceras, intervenía en el precio de venta y suscripción, y acotaba el espacio publicitario. Es necesario, por tanto, que las jóvenes generaciones de periodistas cordobeses -ahora navegantes en el océano digital- conozcan el anhelante esfuerzo realizado por quienes les precedieron y descubran la importancia de su afán, pues se trata de acercar vidas comunes por mucho tiempo que haya transcurrido; porque tanto los periodistas de ayer como los de hoy forman parte de una cadena cuyos eslabones enlazan el pasado con el presente. 

    El libro de los ciento once años de vida de la Asociación de la Prensa de Córdoba se presenta dividido en dos partes. En la primera pieza se detallan los pormenores de la constitución de la Asociación en 1910, su crecimiento a lo largo del primer tercio del siglo XX -no exento de trabas-, el declive en el periodo de preguerra y la refundación acontecida en 1945. A partir de entonces se abrió una nueva época -larga, animada y floreciente-, hasta el relevo generacional acaecido en 1984, con la incorporación a la junta directiva de los jóvenes licenciados en Ciencias de la Información. Los capítulos de esta primera parte cuentan la vida asociativa en la década en que la ciudad se modernizaba, las dos grandes citas de la FAPE en Córdoba y el nacimiento de la Hoja del Lunes en 1946, periódico con la actualidad del día y visión semanal que proporcionó estabilidad, ingresos y prestigio a la entidad hasta que los cambios en todos los órdenes afectaron a su funcionalidad en 1970. Los carteles taurinos organizados por la Asociación de la Prensa, la galería de presidentes y una crónica gráfica de las fiestas del patrono completan los contenidos de esta primera parte, donde también aparece destacado el torero Manolete, figura universal de la fiesta, por su participación en las corridas de la prensa en Madrid.

 

                              

 

    Mientras iba recomponiendo la historia de la Asociación, en muchos momentos me imaginaba la estampa sugestiva de la ciudad por la que transitaron nuestros primeros asociados en los albores del siglo XX. Fantaseaba con cafés iluminados por lámparas de gas y repletos de espejos, con espacios acotados para la tertulia apasionada, con periodistas de bigotes gruesos, de mirada interrogante y curiosa, tejiendo hilos de confidencias, aspirando los alicientes que ofrecían las calles, las plazas, los comercios, los círculos, los clubes, los teatros, en esa actividad incesante que crece por la mañana hasta que llegada la noche se abreviaban en una cuartilla los acontecimientos simples y los complejos en la redacción, al olor hiriente del plomo de la linotipia, luego lanzados en un despliegue de titulares. Brillaron desde finales del siglo XIX hasta la etapa republicana, en un periodo donde hubo multitud de diarios y revistas que dieron espacio a ideas equilibradas y renovadoras, con toda la pasión que avivan los cambios. Así, un día tras otro, fue conformándose una prensa, culta y literaria en sus mejores piezas, por donde la sociedad cordobesa puede mirarse hoy, como lo hacía ayer en aquellos juegos de espejos de los cafés donde los periodistas tasaban las influencias.

    La Asociación de la Prensa de Córdoba ha contado entre sus miembros con hombres prominentes, periodistas relevantes y personalidades notables que han enriquecido su nómina y su historia. Por una coincidencia en el tiempo, los primeros pasos de la Asociación estuvieron  vinculados al pintor Julio Romero de Torres, a quien se organizó un homenaje de desagravio por su exclusión de los premios de la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1910. Fue el primer acto que marcó el inicio de la Asociación y el papel protagonista de dos grandes periodistas: Daniel Aguilera, impulsor y fundador, y Eduardo Baro, continuador y eficaz dinamizador. Entre los grandes nombres, grabados en el tiempo, destacan los García Lovera, familia que ha engrandecido el periodismo en Córdoba, y Ricardo de Montis, periodista popular, ocurrente, costumbrista, retratista del sentir humano de la ciudad, de los ecos de la calle. Además de su trabajo, hubo otros con convicciones y su talento lo orientaron hacia diversas causas, como el andalucismo de García Nielfa, o a la defensa de las ideas políticas de nuevo cuño, como fueron los casos de Fernando Vázquez Ocaña, Antonio Jaén Morente y Rafael Castejón. Las páginas del libro desgranan la trayectoria de los asociados, al tiempo que se destacan los hitos y los acontecimientos sociales más relevantes de nuestra Asociación en su empeño por implicarse en los asuntos de Córdoba.

    Después de la Guerra Civil la Asociación despliega una segunda época, la refundación, marcada por los mandatos de Francisco Quesada, Francisco Navarro y Federico Miraz, que se cierra con el relevo generacional ocurrido en 1984 con la elección de una nueva junta directiva formada por jóvenes licenciados en Ciencias de la Información y presidida por Francisco Luis Córdoba. En este punto arranca la segunda parte del libro escrita por Manuel Fernández. Presidente desde 1989 hasta 2019, su trabajo es un preciso balance de su gestión, año a año, y de la presencia de la Asociación en la sociedad cordobesa. Aquí se repasan los proyectos emprendidos, como la creación del Anuario Informativo, nacido en 1985, la convocatoria del Premio Periodístico Ciudad de Córdoba, los distinguidos y los señalados con los premios Azahar y Alpechín, la caseta de ambiente ferial, la salida de la Guía de la Comunicación (2000), la inauguración de la sede en un módulo de la antigua estación de ferrocarril y la gala de La Noche de los Periodistas bajo palmeras y estrellas, con poca o mucha luna, en el estreno del verano cordobés. ¡Qué noches fueron aquéllas! El trabajo de Manuel Fernández, completado con el aporte de Ricardo Rodríguez, el actual presidente, es una mirada teñida de nostalgia a un pasado cercano; es también un mosaico social, donde se cruzan periodistas y autoridades y se hace balance del impacto de las  actividades. En esta memoria tiene cabida la batalla de la Asociación contra la precariedad laboral, la génesis del Colegio de Periodistas de Andalucía y la edición y publicación del libro Historia de la Prensa en Córdoba (1790-2010), de Antonio Checa, una vieja aspiración de nuestra Asociación que ahora completa el círculo recopilando un siglo largo de existencia en un libro plagado de unos protagonistas especiales: periodistas conscientes de que el futuro siempre es un sitio por ocupar porque todo puede cambiar en un día.

    Desde el año 1984 la Asociación de la Prensa de Córdoba viene publicando ininterrumpidamente el Anuario Informativo de Córdoba, al que se unió en el año 1999 la Guía de la Comunicación de Córdoba un directorio con todos los medios de comunicación, administraciones, instituciones y tejido asociativo, cultural y deportivo de la provincia para facilitar el trabajo diario de los periodistas y que ya también se utiliza en todos los focos ciudadanos de Córdoba.

    La Asociación ha tenido los siguientes presidentes a lo largo de su historia: Eduardo Baro Castillo, Francisco Quesada Chacón, José del Río Sanz, Manuel Medina González, Francisco Navarro Calabuig, Federico Miraz Fernández, Juan Ojeda Sanz, Francisco Luis Córdoba Berjillos, Manuel Fernández Fernández y Ricardo Rodríguez Aparicio.

    En su última etapa, desde el año 2019, la Asociación ha estado presidida por Ricardo Rodríguez Aparicio. En la actualidad cuenta con setenta y cuatro afiliados y tiene su sede en unos de los módulos cedidos por el Ayuntamiento de Córdoba en la que fue antigua estación de ferrocarril, en pleno centro de la ciudad. Desde el 23 de enero de 2024 preside la institución periodística Ricardo Rodríguez Aparicio, al que acompañan en su junta directiva Rafael Aranda Tamayo, como vicepresidente; Mar Rodríguez Vacas, secretaria; y Hipólito Fernández Garzón, Juan Martínez Niza y Teresa Muñiz López, como vocales.

Junta directiva

Presidente

Ricardo Rodríguez Aparicio

Vicepresidente

Rafael Aranda Tamayo

Secretaria / Tesorera

Mar Rodríguez Vacas

Vocales

Hipólito Fernández Garzón

Juan Martínez Níza

Teresa Muñiz López

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