El periodista José Juan Luque Aranda y la Oficina de Comunicación e Imagen de la Diputación de Córdoba han recibido el 36 Premio Córdoba de Periodismo, que concede la Asociación de la Prensa de Córdoba (Asprencor), en un acto celebrado en la Salón del Artesonado del Palacio de la Merced.
Según el acta de este Premio, concedido el 13 de diciembre, el jurado acordó por unanimidad otorgarle el galardón a José Juan Luque “por el conjunto de reportajes realizados con motivo de la pandemia, abordando temas habitualmente de escasa visibilidad en los medios de comunicación, en los que profundiza con un trabajo respetuoso, crítico, lleno de cariño, humanidad y amor por aquellas personas que en su aparente sencillez esconden vida tan apasionantes como duras”. El jurado valoró igualmente en el premio a José Juan Luque el frente abierto en el periodismo de colaboración como una actividad complementaria de la que se realiza diariamente desde las redacciones de los medios de comunicación, enriqueciendo su perspectiva y contenidos informativos”.
El presidente de la Asociación de la Prensa de Córdoba, Ricardo Rodríguez, valoró el estilo personal y difícil de imitar del premiado. «Alejado de la instantaneidad y las prisas diarias –indicó– tus trabajos están realizados desde el sosiego, la calma y la charla reposada, y también añadiría que desde el respeto a las experiencias, duras experiencias, de tus protagonistas, tan de carne y hueso como nosotros, a los que cuelga de sus espaldas el lastre de una vida sin regalos, sin el lado dulce que todos buscamos, y que ellos ni tienen ni encuentran, y que conocemos por tus relatos». Para el presidente, «el resultado de tu trabajo, además de haberte propiciado este Premio Córdoba de Periodismo, resulta espléndido por su madurez, cariño y humanidad hacia tus personajes, vivos, no ficticios, que esconden vidas tan apasionantes como duras. Nos estas enseñando al gremio muchas cosas».
José Juan Luque agradeció la distinción y señaló que «lo realmente bonito sería que aquí estuviesen todas esas personas que han aparecido en mis reportajes ya que son las auténticas protagonistas de estas historias y que están muy silenciadas habitualmente». Habló de su abuela que aparece en uno de los reportajes, recordando que de su estilo de vida aprendió muchas cosas que aplica a la profesión, «sobre todo a saber escuchar» y «si a ello le añadimos tiempo y cariño la respuesta de los protagonistas es total».
El segundo galardón entregado fue para la Oficina de Comunicación e Imagen de la Diputación que este año cumple sus bodas de plata. El jurado le concedió el premio en la modalidad “trayectoria” por “el trabajo y apuesta de sus profesionales, a lo largo de sus 25 años de existencia, por la ampliación y tecnificación de los servicios que ha venido prestando, fundamentales para que llegue a la ciudadanía de la provincia todo lo relativo al funcionamiento de la institución y a la gestión de las políticas públicas, ofreciendo un servicio completo e integral que contempla la redacción de informaciones de todo tipo, la realización y edición de noticias, reportajes y spots, agenda de eventos, la gestión de la publicidad, la imagen corporativa y la gestión de todos los perfiles sociales de la institución provincial”.
El presidente Ricardo Rodríguez destacó que «todos los periodistas, los funcionarios que durante estos años han pasado por la Oficina de Comunicación e Imagen han consolidado el proyecto naciente al final de la década de los noventa. Las mejoras constantes en todas las tecnologías, la apertura cada día de nuevos caminos para la comunicación no han sido un obstáculo sino un acicate para todos estos profesionales que han sabido adaptarse a las novedades del mundo tecnológico y aprovechar el potencial de ellas. El resultado no es otro que la gestión impecable de un trabajo que encuentra diariamente eco en los medios de comunicación».
Mercedes Martínez, jefa de la Oficina, rodeada de todos sus compañeros, recibió el diploma acreditativo del premio, indicando que lo aceptaban con mucho cariño, alegría y como recompensa al trabajo que durante estos años ha venido realizando la Oficina en una decidida apuesta por el uso de las nuevas tecnologías » para llevar a la ciudadanía de la provincia todo lo relativo al funcionamiento de la institución y la gestión de las políticas públicas».
Cerró el acto, en el que los premiados estuvieron a acompañados por autoridades, miembros del jurado, compañeros y familiares, el presidente de la Diputación de Córdoba, Antonio Ruiz, que felicitó a José Juan Luque por el mérito de su trabajo periodístico y la concesión del premio; y mostró también la satisfacción y alegría por el que acababa de recibir la Oficina de Comunicación «de la casa», significando la apuesta sobresaliente de sus profesionales a lo largo de sus 25 años de existencia, por su método de trabajo y por la aplicación y el uso de lo más novedoso en las tecnologías para llevar a la ciudadanía de la provincia todo lo relativo al funcionamiento de la institución y la gestión de las políticas públicas.
Discurso presidente entrega del Premio a la Oficina de Comunicación de Diputación
Enhorabuena a la Oficina de Comunicación e Imagen de la Diputación de Córdoba por este Premio Córdoba de Periodismo en la modalidad trayectoria.
25 años, que no son pocos, pilotando las tareas de comunicación de una institución como la Diputación de Córdoba que en su día acertó plenamente cuando decidió dar un paso importante, valiente, en su política de comunicación, desplegando personal y medios para dar visibilidad a los pueblos de la provincia y al trabajo que desde el Palacio de la Merced se hace para hacerlos más fuertes.
Todos los periodistas, los funcionarios que durante estos años han pasado por la Oficina de Comunicación e Imagen han consolidado el proyecto naciente al final de la década de los noventa. Las mejoras constantes en todas las tecnologías, la apertura cada día de nuevos caminos para la comunicación no han sido un obstáculo sino un acicate para todos estos profesionales que han sabido adaptarse a las novedades del mundo tecnológico y aprovechar el potencial de ellas. El resultado no es otro que la gestión impecable de un trabajo que encuentra diariamente eco en los medios de comunicación.
Mi felicitación personal a los que a fecha de hoy sostienen y le dan vida a la Oficina: Raquel, Pilar, Aurora, Gema, Alfonso, Jaime, Esperanza, Eva, María José y Pedro. Y como no a la jefa, Mercedes Martínez. También el recuerdo para los jefes y jefas que hubo en esta época de plata: Juan Díaz, Ana Fernández, Agustín Torres, Pepe Serrano, Álvaro Vega, Luis Enrique Sánchez, Pepe del Arco y Rosario Cano. En esa diversidad de nombres, en la que solo se repite el de Pepe, me fijo para señalar que lo mismo de diversa es la Oficina, como nos muestra su organigrama con áreas para la Redacción, el Diseño Gráfico, la Información Audiovisual, la Publicidad y el área encargada de la Comunicación de los proyectos con financiación de Fondos Europeos. Todo un referente en el método de trabajo que supo captar el jurado que le concedió el galardón, por la apuesta sobresaliente de sus profesionales a lo largo de sus 25 años de existencia y por la aplicación y el uso de lo más novedoso en las tecnologías para llevar a la ciudadanía de la provincia todo lo relativo al funcionamiento de la institución y la gestión de las políticas públicas.
La concesión de este galardón no premia solo la trayectoria, premia también el decidido planteamiento por todo lo que significa transformación digital. Ese atrevimiento por el uso de lo nuevo le está aportando resultados muy positivos que engrandecen la profesionalidad de quién lo ejecuta para beneficio de la ciudadanía.
Periodistas, brillantes en el manejo de géneros como la entrevista, el reportaje; fotoperiodistas, brillantes al mostrarnos la realidad de la vida en cualquiera de sus aspectos; programas de radio, magazines de televisión, redacciones de informativos, medios de comunicación conforman nuestro ramillete de premiados al que hoy se suma lo que habitualmente llamamos un gabinete de prensa. Pero un gabinete de prensa con mayúsculas, una Oficina de Comunicación e Imagen tan singular que es capaz de autogenerarse a la misma velocidad que su adaptación a los acontecimientos y un ejemplo lo hemos tenido en estos meses/años de tortuosa pandemia.
Enhorabuena, porque el premio además de merecido no ha sido discutido.
A partir de ahora, el diploma os vigilará desde una de las paredes de vuestra Oficina para que mantengáis siempre arriba vuestra decidida y valiente apuesta de comunicación.
Gracias.
Transcripción del discurso de José Juan Luque
Lo realmente bonito sería que aquí estuviesen todas esas personas que son las auténticas protagonistas de estas historias y que están muy silenciadas habitualmente, que a veces incluso las vemos en la calle y ni nos paramos, no nos preguntamos qué hay detrás de esas personas, y por eso este reconocimiento es un orgullo, porque da visibilidad a esas personas.
Precisamente una de esas personas, de esas protagonistas, es mi abuela. Uno de los primeros reportajes que hicimos fue cómo estaba afectando la covid las residencias de mayores, así que como mi abuela estaba en una, le hicimos un reportaje. Yo a las entrevistas voy con una cámara analógica y solo llevo un carrete, y me sobran fotos, pero en ese caso gasté el carrete entero, y es curioso porque la última foto, la número 37, que además fue de regalo porque normalmente los carretes son de 36, es la que luego se publicó; ese día solo salió en ese reportaje una única foto, la foto número 37, y es curioso porque dos semanas después ella falleció por covid, así que la última foto que le hice fue la que salió en el periódico, así que este premio siempre va a estar asociado a ella.
Y no solo por esa fotografía, sino porque mi abuela, sin saberlo, me enseñó a hacer buen periodismo. Mi abuela hacía muchas cosas bien, pero lo que mejor hacía era escuchar. Escuchar, escuchar. Escuchar. Y no prejuzgar. No prejuzgar a nadie. Y eso creo que es el buen periodismo. El buen periodismo es escuchar, escuchar y escuchar. El buen periodismo no es prejuzgar, no es atacar, no es discriminar, el buen periodismo se hace escuchando. Yo en las entrevistas hago muy pocas preguntas, dejo hablar. Hay más silencios que preguntas, y eso me lo enseñó mi abuela.
Pero por muchas historias que haya, si luego no hay un director y un subdirector que apueste por esas historias, las historias se quedan ahí. Y apostar por una historia no es hacerle un huequecito en la página 48, que ya sería bastante, pero apostar por esas historias es llevarlas a la portada. Y tener la valentía para poner a cinco columnas una foto de una mujer víctima de trata, a un chico que acaba de salir de la cárcel, a cuatro niñas de etnia gitana del Guadalquivir, o a tres muchachos de Las Palmeras que quieren montar un grupo de música. Eso es apostar por las historias. Así que gracias a todos esos directores y directoras que apuestan por esas historias saltándose la agenda, saltándose protocolos y la obsesión por los clics…
Pero incuso con esos directores, si no hay un equipo de diseño que sepa darle forma, el periodismo tampoco tiene sentido. Y hablo del equipo de diseño. Y a mí me encantaría que vieseis cómo nacen esas páginas desde que están en blanco hasta que están en el quisco, porque hay mucha comunicación. En el periodismo, dentro de la redacción, es básico que haya comunicación, y a mí me encanta cuando llego con las fotografías y empezamos a maquetar, a hablar, y te dan esta propuesta, te ofrecen otra… Hablamos muchísimo, precisamente por eso, porque la página no nace del texto. Las páginas nacen de la fotografía, y quería reivindicar también la fotografía periodística como un elemento básico.
Pero para hacer fotografías y para hacer reportajes, ¿qué necesitamos? Necesitamos tiempo. Porque no es llegar, hacer cuatro fotos sin saber ni siquiera el nombre de la persona que estás fotografiando e irte. No. Hacer fotografías y hacer entrevistas es dedicarle tiempo a la gente. Tiempo. Dedicarle una tarde a la gente, a escuchar sus historias. Y lamentablemente el mayor enemigo del periodismo es el tiempo. O mejor dicho, la falta de tiempo. Y yo me considero un privilegiado por poder tener tiempo para contar y para escuchar historias.
Y hay una última cosa, aparte de tiempo y de la escucha, se necesita cariño. Y voy a parafrasear de nuevo a mi abuela. Ella decía que igual que se contagian los resfriados se contagia el cariño. Necesitamos ponerle cariño a lo que hacemos, a nuestros artículos, a nuestras fotografías, tratémonos con cariño, son como nuestros pequeños hijos, vamos a darles cariño. Yo tengo mucha suerte porque le doy cariño al periodismo y al periódico, pero lo tengo muy fácil porque para mí el periódico es como una exnovia. Pero no como una exnovia cualquiera, sino como tu primera exnovia, ese primer amor que te marca, que te vuelve loco, que quieres para toda la vida, y no hablo metafóricamente, es que yo con doce años bajaba al quisco, me compraba el periódico, recortaba la foto a color del partido de fútbol del domingo y la colgaba en mi cuarto. Y antes eran casi siempre en blanco y negro y solo salían a color tras los partidos de los lunes; y al lunes siguiente volvía a cortar otra y a colgarla en la pared. Tardé en decorar la habitación de mi cuarto con fotos del periódico dos años. Pero luego, con quince años, iba al fútbol y escribía mis crónicas y las ponía en una carpeta junto a las del periodista, y las comparaba, y comparaba los titulares, y veía lo que había puesto el periodista y lo que había puesto yo.
Y luego con 18 años, en primero de carrera, me planté en el periódico, sin conocer a nadie, y dije: Yo quiero escribir aquí. Y quiero escribir aquí porque quiero escribir en un periódico local. Porque creo que el corazón del periodismo es la prensa local. El corazón del periodismo es la prensa local porque es la más cercana, la más honesta y la que tiene más capacidad para transformar su entorno. Es verdad que tenemos nuestras disputas, que me voy, que me enfado, pero al final siempre vuelvo. Y siempre vuelvo a la prensa local, siempre vuelvo al periódico porque es mi primer amor, y es muy difícil despegarse del primer amor.
Discurso presidente entrega del Premio a la Oficina de Comunicación de Diputación
Enhorabuena a la Oficina de Comunicación e Imagen de la Diputación de Córdoba por este Premio Córdoba de Periodismo en la modalidad trayectoria.
25 años, que no son pocos, pilotando las tareas de comunicación de una institución como la Diputación de Córdoba que en su día acertó plenamente cuando decidió dar un paso importante, valiente, en su política de comunicación, desplegando personal y medios para dar visibilidad a los pueblos de la provincia y al trabajo que desde el Palacio de la Merced se hace para hacerlos más fuertes.
Todos los periodistas, los funcionarios que durante estos años han pasado por la Oficina de Comunicación e Imagen han consolidado el proyecto naciente al final de la década de los noventa. Las mejoras constantes en todas las tecnologías, la apertura cada día de nuevos caminos para la comunicación no han sido un obstáculo sino un acicate para todos estos profesionales que han sabido adaptarse a las novedades del mundo tecnológico y aprovechar el potencial de ellas. El resultado no es otro que la gestión impecable de un trabajo que encuentra diariamente eco en los medios de comunicación.
Mi felicitación personal a los que a fecha de hoy sostienen y le dan vida a la Oficina: Raquel, Pilar, Aurora, Gema, Alfonso, Jaime, Esperanza, Eva, María José y Pedro. Y como no a la jefa, Mercedes Martínez. También el recuerdo para los jefes y jefas que hubo en esta época de plata: Juan Díaz, Ana Fernández, Agustín Torres, Pepe Serrano, Álvaro Vega, Luis Enrique Sánchez, Pepe del Arco y Rosario Cano. En esa diversidad de nombres, en la que solo se repite el de Pepe, me fijo para señalar que lo mismo de diversa es la Oficina, como nos muestra su organigrama con áreas para la Redacción, el Diseño Gráfico, la Información Audiovisual, la Publicidad y el área encargada de la Comunicación de los proyectos con financiación de Fondos Europeos. Todo un referente en el método de trabajo que supo captar el jurado que le concedió el galardón, por la apuesta sobresaliente de sus profesionales a lo largo de sus 25 años de existencia y por la aplicación y el uso de lo más novedoso en las tecnologías para llevar a la ciudadanía de la provincia todo lo relativo al funcionamiento de la institución y la gestión de las políticas públicas.
La concesión de este galardón no premia solo la trayectoria, premia también el decidido planteamiento por todo lo que significa transformación digital. Ese atrevimiento por el uso de lo nuevo le está aportando resultados muy positivos que engrandecen la profesionalidad de quién lo ejecuta para beneficio de la ciudadanía.
Periodistas, brillantes en el manejo de géneros como la entrevista, el reportaje; fotoperiodistas, brillantes al mostrarnos la realidad de la vida en cualquiera de sus aspectos; programas de radio, magazines de televisión, redacciones de informativos, medios de comunicación conforman nuestro ramillete de premiados al que hoy se suma lo que habitualmente llamamos un gabinete de prensa. Pero un gabinete de prensa con mayúsculas, una Oficina de Comunicación e Imagen tan singular que es capaz de autogenerarse a la misma velocidad que su adaptación a los acontecimientos y un ejemplo lo hemos tenido en estos meses/años de tortuosa pandemia.
Enhorabuena, porque el premio además de merecido no ha sido discutido.
A partir de ahora, el diploma os vigilará desde una de las paredes de vuestra Oficina para que mantengáis siempre arriba vuestra decidida y valiente apuesta de comunicación.
Gracias.